En el proceso de expropiación rogada, la valoración del terreno juega un papel fundamental para determinar la indemnización que corresponde al propietario.
Es importante destacar que la valoración debe ser justa y equitativa, teniendo en cuenta diferentes factores como el valor de mercado, la ubicación del terreno, las características urbanísticas y las posibles limitaciones o restricciones que pueda tener.
En este sentido, se recurre a profesionales especializados en tasación y valoración de terrenos, quienes realizan un análisis exhaustivo de las características del terreno y utilizan métodos objetivos para determinar su valor.
Estos métodos pueden incluir la comparación con terrenos similares en la zona, el análisis del valor catastral y otros criterios técnicos y legales establecidos.
Es importante destacar que la valoración del terreno en la expropiación rogada debe ser realizada por expertos independientes y reconocidos, con el fin de garantizar la imparcialidad y transparencia del proceso.
Además, el propietario tiene derecho a presentar alegaciones y pruebas que considere relevantes para respaldar su valoración.
Una vez determinada la valoración del terreno, se establece el justiprecio, que corresponde a la cantidad de dinero que la Administración debe abonar al propietario como compensación.
Es fundamental que este justiprecio sea acorde a la valoración realizada y cumpla con los principios de equidad y proporcionalidad establecidos en la legislación vigente.